
PROYECTO
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El nombre del club Bunyodkor
significa “El creador”,
nombre bien apropiado para
un equipo de fútbol que en cinco
años se ha colocado en la primera
liga nacional. Así de fulgurante fue
también la construcción de su nueva
sede principal. El nuevo estadio
para 34.000 espectadores es una
obra ejecutada en dos fases. En la
primera se construyó el graderío según
un proyecto que culminaba con
una cubierta textil semejante a una
corona de papel plegado, con poca
curvatura y elevada complejidad de
ejecución. El gobierno de Uzbekistán
optó por encargar en invierno
del 2011 el rediseño estructural de
la cubierta para cumplir con el plazo
de finalización de las obras y de
inauguración del estadio al año siguiente.
La nueva propuesta estaba
comprometida consecuentemente
con el apremio de disponer de apenas
un año y con la parte inferior de
obra ya ejecutada que marcaba una
geometría y una capacidad portante
determinadas.
Se estableció un diseño modular de
elementos autoportantes que permitieron
un alto grado de seguridad
y simultaneidad durante el montaje.
Esto resultaba también útil para poder
intercambiar elementos repetidos en
la estructura de acero y atenuar los inconvenientes
del suministro.
Los proyectistas conocían estos retos
por su experiencia de obras anteriores
en Tashkent. Trabajaron hábilmente
para simplificar los elementos estructurales
y conjugarlos hasta convertirlos
en un diseño optimizado, convincente
y sobretodo espectacular. El uso
de arcos ajustables para conseguir
curvatura en la membrana se observa
tanto en los módulos de cubierta
como de fachada. Ésta se compone de
64 esbeltas velas romboidales que se
articulan con 64 módulos de cubierta
textil. Los arranques de los arcos de
cubierta disponen de un sencillo sistema
de ajuste para subirlos y tensar
así la membrana.
En contra de la tendencia actual de
diseñar estructuras textiles con poca
curvatura o casi planas, hay que valorar
el acierto del diseño final de esta
cubierta por trabajar con la lógica del
material textil y aprovechar sus capacidades
portantes proporcionales a su
flecha. La curvatura se hace aún más
necesaria si existen cargas considerables
de nieve o de viento como era en
este caso. Gracias a las esbeltas velas
El Creador está en Uzbekistán
Detalle Módulo. Foto Hannes Kafko
Detalle aranque arco. Foto Michael Hug