PROYECTO
Un “cubo cristalino” millonario para la
Embajada de Estados Unidos en Londres
28 Construir una embajada desde
cero es un reto mucho
más complicado que cualquier
otro tipo de edificio por los
requisitos de seguridad que necesita.
Si además está en una gran
ciudad como Londres y si encima es
la embajada de EE.UU. entonces es
cuando se convierte en un desafío
mayúsculo.
Y esto es lo que llegó a la mesa de
Kieran Timberlake, una firma con sede
en Filadelfia, cuando ganaron el concurso
para diseñar una embajada que
encarnara los “ideales del gobierno
estadounidense”. Así, la Embajada de
los Estados Unidos en Londres, es ahora
un cubo de vidrio envuelto en brillantes
velas de plástico que se coloca
sobre un pedestal y está rodeado por
un estanque con forma de foso en el
borde del río Támesis.
El edificio, que ha costado más de 800
millones de euros, y que reemplaza
el anterior diseñado por Eero Saarinen
en Mayfair, ha sido diseñado para
equilibrar los estándares de seguridad
impenetrables con un lenguaje visual
de apertura.
En cuanto a las cuestiones de “seguridad”,
el diseño de KT muestra una
interesante solución alejada de las
embajadas de principios de los 90 rodeadas
de grandes muros sin consideraciones
urbanísticas, utilizando en su
lugar un parque con estanque. La Embajada
no es solo un ícono, sino una
pieza urbana que “honra la tradición
inglesa de los parques y jardines urbanos
como el contexto de muchos edificios
cívicos”, conectando el terraplén
del Támesis con la nueva vía peatonal
hacia el sur.
La geometría del cubo, de 65 metros
de altura y 12 pisos, está fragmentada
por una fachada altamente especializada
de ETFE (etileno-tetrafluroetileno)
optimizada para dar sombra a los
interiores del sol del este, oeste y sur
al tiempo que admite la luz del día y
enmarca grandes portales abiertos al
exterior. Si se observa más de cerca las
representaciones desde el interior, se
notará que las láminas de ETFE incluyen
una película fotovoltaica delgada
que intercepta la ganancia solar no
deseada en ciertos ángulos. La malla
también hace que las fachadas en
gran parte transparentes sean visibles
para las aves migratorias para disuadir
los choques de aves.
El “cubo cristalino transparente” pretende
simbolizar “transparencia, apertura
e igualdad”, según los arquitectos.
Kieran Timberlake, que tiene la reputación
de diseñar arquitectura sostenible,
ha integrado características
como paneles solares en el diseño del
edificio.
La forma inusual de la fachada del edificio
está diseñada para minimizar la
ganancia solar y el deslumbramiento
y, al mismo tiempo, permitir la entrada
de luz natural. La fachada reflectante
cambia de color según el clima y la posición
del sol.
La embajada de 48.128 metros cuadrados,
también hace uso de materiales
de fuentes responsables que demuestran
un compromiso de “trazar