TÉCNICA
27
• Pérdidas por ventilación en invierno.
Ya dijimos que, siempre,
debemos reducir al mínimo las
pérdidas de calor por infiltraciones.
Estas serán importantes especialmente
en los días ventosos. Sin
embargo, un mínimo de ventilación
es necesaria para la higiene
de la vivienda, especialmente en
ciertos espacios. En la cocina, por
ejemplo, es necesaria una salida de
humos para la cocina, o para el calentador
de gas, o registros de seguridad
para la instalación de gas,
o ventilar para eliminar los olores
de la cocina. En el baño también
es necesario ventilar por los malos
olores. La pérdida de calor se verifica
porque el aire viciado que sale
es caliente, y el puro que entra es
frío. Ciertas estrategias pueden servir
para disminuir estas pérdidas,
como colocar los espacios necesitados
de ventilación en la periferia
de la casa, o tener la mayor parte
de la instalación de gas en el exterior,
o disponer de un electroventilador
para forzar la ventilación sólo
cuando sea necesario, etc.
• Fachada ventilada. En ella existe
una delgada cámara de aire abierta
en ambos extremos, separada
del exterior por una lámina de
material. Cuando el sol calienta la
lámina exterior, esta calienta a su
vez el aire del interior, provocando
un movimiento convectivo ascendente
que ventila la fachada previniendo
un calentamiento excesivo.
En invierno, esta cámara de aire,
aunque abierta, también ayuda en
el aislamiento térmico del edificio.
Aprovechando el suelo
La elevada inercia térmica del suelo
provoca que las oscilaciones térmicas
del exterior se amortigüen cada
vez más según la profundidad. A una
determinada profundidad, la temperatura
permanece constante (es por
eso que el aire del interior de las cuevas
permanece a una temperatura casi
constante e independiente de la temperatura
exterior). La temperatura del
suelo suele ser tal que es menor que
la temperatura exterior en verano, y
mayor que la exterior en invierno, con
lo que siempre se agradece su influencia.
Además de la inercia térmica, una
capa de tierra puede actuar como aislante
adicional.
Las cuevas siempre fueron utilizadas
como protección frente a las inclemencias
del tiempo; los sótanos han
sido conocidos siempre por su frescor
del verano, pero las dos grandes desventajas
del enterramiento, la ausencia
de luz y la alta humedad relativa,
han hecho que cualquier idea de habitar
bajo suelo sea infravalorada. Sin