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La protección solar en la fachada 20 Este texto es parte de una investigación TÉCNICA sobre el comportamiento térmico de soluciones constructivas bioclimáticas, puesto en marcha por el Observatorio de la Sostenibilidad en España. El investigador principal del proyecto ha sido Servando Álvarez Domínguez (Grupo de Termotecnia. Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Sevilla). En él se estudian los dispositivos externos de sombreado que se incorporan en la fachada o envolvente térmica para limitar el aumento del calor proveniente de la radiación solar en el interior del edificio. Se contempla como punto importante la rehabilitación de la envolvente térmica en los edificios existentes. Esta medida pretende fomentar la aplicación de criterios de eficiencia energética en la rehabilitación de edificios mediante el aumento del nivel de aislamiento en fachadas y cubiertas, la mejora de la carpintería exterior y vidrios, y la incorporación de protecciones solares (todo ello desarrollado en el CTE). El desarrollo moderno de la planificación y la construcción arquitectónica, con la reducción del espesor de los muros, ha agudizado el problema del control de la radiación solar en los edificios. La piel del edificio (envolvente) actúa como filtro entre las condiciones externas e internas para controlar la entrada de aire, el calor, el frío, la luz, los ruidos y los olores. En general, se acepta que el cerramiento es capaz de controlar por si mismo los efectos del aire, la temperatura y el ruido. La mejor forma de controlar la radiación solar es detenerla antes de alcanzar la envolvente del edificio, en el caso de la luz, se controlará de forma más viable si se trata desde el interior de los huecos. Los dispositivos externos de sombreado se incorporan en la fachada o envolvente térmica para limitar el aumento del calor proveniente de la radiación solar en el interior del edificio. Es por tanto una estrategia de ahorro energético enfocada a limitar la demanda de refrigeración en condiciones climáticas de verano. Teniendo en cuenta que el soleamiento es a su vez una forma de aportar calor y reducir la demanda de calefacción en condiciones de invierno, un protector solar correctamente diseñado no debe penalizar este aporte solar. Para utilizar un elemento sombreador se debe estudiar la orientación del hueco o ventana donde se va a colocar, la geometría de los elementos constructivos relativos al cambio de la posición solar y la geografía de la localidad, así como el tiempo y la cantidad de radiación solar directa que puede traspasar el hueco en la edificación durante el año. Junto a todo esto no hay que olvidar los efectos de sombras que pueden crear los edificios contiguos. Las técnicas de mitigación de las ganancias solares relacionadas con el sombreado, ubicación y orientación de las aberturas o ventanas y con la calidad de los vidrios, deberán estar en armonía con las decisiones de implantación y distribución de los espacios interiores. El uso de estas estrategias, o la combinación de ellas, es la forma más efectiva de alcanzar el confort térmico y lumínico en forma natural, o de reducir significativamente el consumo de energía del sistema de aire acondicionado. Una buena orientación minimiza la carga solar en verano y la maximiza en invierno. Es conveniente una adecuada combinación de protecciones solares fijas y móviles que reduzcan esta carga, especialmente si las dimensiones o disposiciones de los huecos no son los óptimos como puede suceder en los edificios a rehabilitar. Las soluciones que se enumeran en este capítulo de protección solar están enfocadas desde el punto de vista de los climas de la península ibérica. La orientación del edificio es un elemento fundamental para la elección de elementos de sombreado


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