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Revista 4-2013

LA LIMPIEZA Y EL MANTENIMIENTO DE LOS TOLDOS Los toldos son elementos que ganan protagonismo cuando llega el buen tiempo. Mantenerlos limpios y en buenas condiciones no solo favorece su aspecto estéti-co, sino que además prolonga su vida útil. Dada su exposición a la intemperie la superficie de los toldos se mancha mucho por diferentes agentes, sucie-dad, polvo, contaminación, lluvia. Los que más suciedad acumulan son los toldos horizontales y que no son ex-tensibles, aunque los verticales que se pueden recoger también quedan a la intemperie durante largos periodos y se ven perjudicados por la lluvia, el polvo y otras partí-culas arrastradas por el viento. La limpieza de los toldos en general es una tarea sim-ple, salvo por la dificultad de acceder a las partes más altas o alejadas de los bordes. De ahí que para evitar correr riesgos, haya que tomar las precauciones nece-sarias: sobre todo, usar escaleras adecuadas, que que-den bien apoyadas y, a ser posible, sostenidas por otra persona en la parte inferior. Lo más recomendable para limpiar el toldo es usar agua, jabón neutro y un cepillo de cerdas blandas. Como la tela de los toldos (que puede ser de materiales diver-sos como lona acrílica, PVC o fibra de vidrio) incluye un tratamiento impermeabilizante, lo conveniente es evi-tar, siempre que sea posible, las sustancias abrasivas para la limpieza, ya que reducen la vida útil del tejido. Lo recomendable es usar solo agua o una solución de agua con jabón neutro o blanco, que afloje la sucie-dad de manera leve. Luego, pasar un cepillo de cerdas blandas y, por último, aclarar con agua limpia. Si el tamaño del toldo hace que haya partes que queden fuera del alcance de los brazos, se puede unir un ce-pillo a un palo de escoba o similar para llegar a esas zonas difíciles. toldo técnica 32


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