expositores, stands prefabricados, quioscos, carpas, construcciones
ligeras), a otras más sofisticadas o que, aunque sean
temporales, tengan una mayor vocación de durabilidad (almacenes
u hospitales de campaña).
Impacto medioambiental
Según los datos más recientes de la Asociación Europea del
Aluminio (EA), la huella de carbono de la producción de aluminio
primario en Europa es de unos 7 kg CO2e por kg de
aluminio producido, en comparación con un promedio mundial
de 18 kg CO2e por kg de aluminio. En el caso de China, el
promedio es de 20 kg CO2e por kg. Entre los avances desarrollados
en el proceso de producción primaria del aluminio,
Olabarria ha señalado en su conferencia que “destacan el uso
de energía renovable y la mejora continua de los métodos de
producción, que permitirá que el sector en Europa alcance el
objetivo de tener una huella de carbono neutra en los próximos
años”.
En Europa dicha huella de carbono disminuyó un 21% en
comparación con 2010, y un 55% en comparación con 1990.
En lo referente a los procesos de semifabricación, la huella
para la laminación de aluminio disminuyó en Europa en un
25% desde 2010, y la del proceso de extrusión lo hizo en un
11%. Desde ese mismo año, la huella de carbono del proceso
de reciclaje de chatarra (fusión) se ha visto reducida en un 9%.
La AEA registró el año pasado la Declaración Ambiental de
Producto (DAP/EPB) de los perfiles extruidos fabricados en España,
algo que abre un camino marcado por la transparencia
y el compromiso con la sostenibilidad. Una certificación que
también esperan conseguir a lo largo de este año para las ventanas
de aluminio.
Aluminio y reciclaje
En un momento crucial e inaplazable para la conservación
del medio ambiente, Olabarria rompió una lanza a favor del
aluminio durante su ponencia, destacando la propiedad que
tiene de ser un material infinitamente reciclable; puede reciclarse
sin límite sin que pierda sus propiedades y su calidad.
“Podemos fabricar una y otra vez los mismos productos, y la
energía embebida en él es un claro ejemplo de la Ley de la
Conservación de la Energía”.
El Secretario General ha explicado que el aluminio actúa como
“un gran almacén, como un auténtico banco de energía”, ya
que casi toda la que se emplea para fabricar el aluminio a partir
de la bauxita no se desperdiciará, sino que quedará “retenida”
en los productos, y facilitará que pueda volverse a usar ese
aluminio aplicando solo un 5% de la energía que se empleó la
primera vez para fabricar los mismos productos.
“Los productos de aluminio que estamos fabricando ahora
-ha dicho- permitirán que el aluminio como material esté dis
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