TÉCNICA
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protecciones permiten la iluminación
interior y la visión exterior la solución
perfecta. En este camino han estado
las cortinas interiores de lino que han
aportado reflexión y transparencia lu-minosa
desde hace siglos.
Hoy el camino pasa por los films me-tálicos;
primero se intentó colocando
esos films directamente sobre la cara
interior de los vidrios exteriores, pero
la imposibilidad de escamotear la pro-tección
suponía renunciar a la capta-ción
invernal, a gran parte de la luz
natural y a una visión exterior natural.
Para hacer compatible esos films con
el escamoteamiento se están utilizan-do
cortinillas enrollables o plegables
de poliéster con la cara exterior, o las
dos, protegidas por un film de alumi-nio.
Las cualidades finales de estas
cortinillas son variables y se pueden
subordinar a los objetivos deseados
en cada caso, pero se mueven entre
reflexiones del 55 al 75% con transmi-siones
para el espectro visible del 2 al
7%.
Estos materiales cambian las perspec-tivas
de la protección solar sobre todo
para los edificios de oficinas puesto
que lógicamente evitan completa-mente
el deslumbramiento. En efecto
esta virtud de la reflectividad se puede
volver en contra de nuestros objetivos
si se producen fenómenos de doble
reflexión. Es decir una veneciana de
aluminio puede producir reflejos so-bre
el trasdós de las lamas que irradien
hacia el interior y reduzcan gravemen-te
la eficacia de la protección.
La mejor posición para estos materia-les
es la interpuesta entre dos vidrios
en una cámara aislada. En esas condi-ciones
y para un film de características
medias (el G 1900 de Agero que tiene
una reflexión solar de 68,75%) la trans-misión
solar total, el porcentaje de
radiación que alcanza directamente
el interior, es de 2,07% y la absorción
total del 29,19% y el coeficiente de
sombra de 12,4.
Su eficacia se puede mejorar si los vi-drios
tienen algún tipo de tratamien-to.
Por ejemplo si la cara exterior del
vidrio interior tiene una lámina de
baja emisividad la transmisión solar
del conjunto puede bajar a 1,62 y el
coeficiente de sombra a 10. Recuérde-se
que esta eficacia en cuanto a la pro-tección
solar tiene su equivalente en
las pérdidas nocturnas pues la U del
conjunto se puede reducir respecto a
la del vidrio cámara en un 50%.
En sus soluciones más sofisticadas
como las cortinillas de poliéster meta-lizado
que se enrollan en un estrecho
cilindro asociado al vidrio cámara. El
movimiento de la cortinilla está moto-rizado
y todo el conjunto tiene un diá-metro
de entre 40 y 70mm. El cilindro
se protege en una caja de aluminio
anodizado o lacado que se confunde
con la carpintería.
La única limitación de esta solución
es que la iluminación interior se redu-ce
paralelamente a la reducción del
soleamiento. Hasta cierto punto eso
es deseable puesto que así se evita
el deslumbramiento y se consiguen
unas condiciones de trabajo más
agradables. Pero cuando se busca una
protección muy alta, por ejemplo un
coeficiente de sombra inferior al 10%
que implica una reflexión superior
incluso al 75%, las condiciones de ilu-minación
interior bajan verticalmente
pues la transparencia al espectro visi-ble
es sólo de 1,5%. En ese caso el nivel
lumínico, sobre todo a cierta distancia
de la fachada, puede ser totalmente
insatisfactorio.
Las cajas dentro de las cajas
Como ya se ha visto la disposición de
la protección solar entre dos vidrios
puede llegar a gozar de las ventajas
de la posición interior y de la exterior.
Con la primera comparte la durabili-dad
y la menor suciedad por la protec-ción
que brinda la hoja exterior. Con
la segunda la posibilidad de evacuar
el calor acumulado sin que apenas se
transmita hacia el edificio gracias a la
presencia del vidrio interior. Es natural
pues que este sea el camino adoptado
en muchas investigaciones y proyec-tos
recientes.
La gama de soluciones es muy amplia
puesto que la duplicación de la protec-ción
se puede plantear simplemente
como doble vidrio con cámara estan-ca,
dobles carpinterías con espacios
accesibles y manipulaciones diversas
de ambas hojas o ventanas dobles o
triples con control de la ventilación de
la cámara de las llamadas “dinámicas”.
Las ventajas de cada una de ellas para
el confort de verano e invierno o para
la precisión de futuros de la relación
con el exterior son muy diferentes.
En algunos casos se trata de cámaras
selladas, del tipo de las del vidrio de
protección térmica habitual, que alo-jan
alguna forma de protección, en
general lamas de aluminio o plástico
bastante finas (1 o 2cm). Para la ma-nipulación
de estas lamas son nece-sarios
motores que se suelen colocar
al exterior para evitar que se tenga
que sustituir todo el vidrio cuando se
deterioran. Para evitar el punto débil
que siempre supone la conexión con
el motor se han diseñado algunas la-mas
metálicas que se pueden orientar
desde el exterior de la cámara con sis-temas
magnéticos (Luxaclair, Velther).
En algún caso, para evitar la necesidad
de mover las lamas, se han diseñado
estas con una sección en forma de
triángulo cada una de cuyas caras se
ha diseñado con una curvatura ade-cuada
a la orientación del hueco. Esa
curvatura asegura que los rayos de
sol de verano no entren en el interior
del local y sin embargo en invierno
permite el paso de la radiación y sus
reflexiones. La visión a través de esas
lamas fijas es reducida, la transmisión
luminosa perfecta.
Una sofisticada solución de protección
solar inserta entre vidrios es la proyec-tada
por J. Nouvel para el Instituto del
Mundo Árabe en París. La protección