TÉCNICA
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La protección solar
en la arquitectura
En este sector se ha hablado
siempre mucho sobre como
sombrear, de sus ángulos,
enfoques, productos y materiales,
también sobre técnicas y protoco-los.
Siendo todo eso muy útil y ne-cesario
también hay que recordar
que la aplicación o mejor dicho, el
diseño arquitectónico con la protec-ción
solar en mente no sólo es más
eficaz sino que además proporcio-na
mejores resultados económicos
y energéticos.
Hablando de los materiales utilizados,
si la protección ideal debe ser exter-na,
ventilada, sin reflexiones, eficaz
en verano e inexistente en invierno,
barata y de escaso mantenimiento, la
mejor sombra será la proyectada por
un elemento vegetal de hoja caduca
suficientemente densa. El aire circula
entre las hojas y evacua el calor acu-mulado.
Su emisividad hacia el vidrio
es baja. Para mayor ventaja en invier-no
la planta de hoja caduca permitirá
el paso del sol. El emparrado, el som-brajo
y la pérgola se evidencian como
la protección ideal. Pero como no
siempre será posible recurrir a esta so-lución
vegetal es mejor estudiar las ca-racterísticas
de los materiales más co-múnmente
utilizados para solucionar
el problema del sombreado, o sea, el
vidrio y sus adiciones, los tejidos con
los que se forman toldos y cortinas y
las lamas opacas de madera, aluminio,
etc.
El vidrio
El vidrio sin más complementos no es
un material protector del sol. Refleja
solo el 8% de la energía total inciden-te
y transmite el 80%. El 12 por ciento
restante lo absorbe y luego lo irradia
hacia el exterior y hacia el interior. Se
considera como referencia un vidrio
sencillo que sumando la transmisión y
la radiación permite la entrada de un
87% de la energía recibida.
Para mejorar su comportamiento pro-tector
se utilizan dos recursos: el teñi-do
en masa y la adición de films espe-cíficos.
El uso de los vidrios teñidos en
masa y la adición de films específicos.
El uso de los vidrios teñidos en masa
está en declive. Aunque su diseño se
ha perfeccionado sensiblemente y el
carácter selectivo de su papel de filtro
ha mejorado mucho sigue sufriendo
los defectos citados: la distorsión de
la visión y la reducción de la capta-ción
invernal. Cuanto más protección
más importancia tienen los dos incon-venientes
enunciados. En efecto los
vidrios teñidos contemporáneos son
mucho más opacos al calor que a la
visión pero ya han llegado a un punto
del que parece físicamente imposible
pasar. Un vidrio de 12mm teñido en
masa de gris puede reducir la transmi-sión
infrarroja al 45% pero sólo permi-tirá
el paso del 19% del espectro visi-ble.
Además el color añadido teñirá la
visión exterior de una manera artificial
dando al ambiente esa luz de tormen-ta
a punto de estallar tan poco agrada-ble
cuando es permanente.
Los vidrios teñidos en masa limitan
su papel protector a la absorción de
una gran parte de la energía recibida
pero luego la emiten hacia el exterior
y hacia el interior, con lo que parte de
su eficiencia se pierde. Por ello su uso
exclusivo se está reduciendo última-mente
y se evoluciona hacia el uso de
films adheridos sea a vidrios teñidos o
claros. Caben dos recursos: las capas
reflectantes que protegen reflejando
la energía, y reduciendo por lo tanto
la absorción, y las capas de baja emi-sividad
que reducen la radiación de
calor hacia el interior limitando así la
transmisión total de estos vidrios de
alta absorción.
La innovación está optimizando las
características de estos films que ya
han conseguido un filtrado selectivo.
La gama de soluciones es muy rica
pero como siempre, para conseguir
protecciones térmicas significativas
se debe renunciar a la transparencia.
La gama baja está formada por los fil-ms
de colores plata y bronce como el
10/24 bronce que permite el paso del
10% de la luz y el 24% del calor. Las
gamas altas son de color azul como el
40/50 al que corresponden proteccio-nes
del 40% de luz y el 50% del calor.
La carrera para mejorar el comporta-miento
del vidrio como protección
solar ha entrado en una vía donde
mayores costes difícilmente supon-drán
mejores rendimientos. La rela-ción
paso de luz-filtro de calor ya no
se puede mejorar. Sólo la adición de
films de baja emisividad puede me-jorar
ligeramente el comportamiento
de estos vidrios al limitar la irradiación
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